Pico del águila: nuestro primer objetivo alcanzado.

Hacia el Pico del Águila

Tras un breve estreno de nuestras motos sin alejarnos demasiado de casa y una vez revisados y reapretados todos los tornillos, llegó el momento de afrontar rutas más ambiciosas. Aunque antes de las motos habíamos tenido un todoterreno y habíamos realizado docenas de rutas, teníamos algo claro, no queríamos repetir los mismos recorridos pero ahora en moto. Queríamos hacer de esta experiencia algo diferente a lo que ya conocíamos.

Y con esta idea fijamos nuestro primer objetivo. Habíamos visto algún vídeo del Pico del Águila, una emblemática cima de la Sierra Calderona, ubicada en el término de Gátova. Un pico que con sus 878 metros de altitud destaca como excelente mirador. Teniendo claro donde queríamos llegar, había que decidir por dónde lo íbamos a hacer. Está claro que nuestro objetivo era rodar el máximo tiempo posible por pistas sin asfaltar, y parecía fácil puesto que entre nosotros y nuestra meta solo se interponía una zona de montaña.

El problema es que esa zona es la Sierra Calderona y es Parque Natural, con lo que no está permitido circular por gran parte de sus pistas. Sabiendo esto, planeamos una ruta que en teoría no tocaba las partes protegidas y nos lanzamos a rodar. Habíamos quedado temprano a las afueras de Bétera. Desde ahí iniciamos nuestra ruta y casi no habíamos calentado cuándo empezó la diversión, la ruta transcurría por un barranco y como había llovido unos días antes enseguida nos llegó el barro hasta el casco.

Seguimos por caminos entre cultivos y pinadas hasta Porta Coeli y desde ahí empezamos a ganar altura, cómo cabía esperar enseguida nos encontramos con carteles que restringían el paso a los vehículos a motor y en varias ocasiones nos vimos obligados a desviarnos e improvisar. Unos kilómetros más tarde salimos a la carretera de Olocau, y por ahí seguimos cruzando esta población, más adelante Marines viejo para llegar después a Gátova.

Motos arriba del Pico

Ya allí, lo primero que hicimos fue buscar un bar para reponer fuerzas, y tras esto empezamos la subida al pico. El camino es fácil, a ratos pavimentado y a ratos de una tierra rojiza muy característica de la zona. El último tramo va cogiendo cada vez más pendiente y los últimos metros obligan a meter primera. Una vez arriba te das cuenta de que la visita a este pico merece la pena, las vistas son un verdadero espectáculo y haber llegado hasta aquí a 50 km de casa por algunos tramos de off road bastante complicados nos sabe a triunfo.